Psicoanalista miembro del Foro Analítico del Río de la Plata. Docente e investigadora de la Universidad de Buenos Aires, Facultad de Psicología.
LACAN: UN FILÓSOFO
Nadie Duerma #7 / / 19 agosto, 2017

Ph: Alejandro Lipszyc
La filosofía del joven Marx, la lógica del Capital y las consecuencias clínicas de la invención marxista del síntoma.
“Hay obras que son eternas”
Antonio Quinet, 2016.
A veces, por momentos, daría la impresión que psicoanálisis y filosofía “no se llevan”. Sin embargo, al menos en mí, uno no es sin el otro. La tensión que hay entre ambos campos interesa, en principio, en términos clínicos, pues es lo que ha permitido visibilizar las marcas de los discursos en los cuerpos (Foucault, 1980, 1992) y en las formas compositivas del deseo, al menos en Occidente (Guattari, 1973).
Es cierto: Lacan muchas veces insiste en resaltar la distancia entre filosofía y psicoanálisis, pero también en otras oportunidades las acerca, sobre todo a mediados de los 60’ cuando se vuelve necesario comenzar a sistematizar el concepto de “plusvalía” marxista dentro del psicoanálisis, frente a todo un movimiento intelectual francés que le exigía estar a la altura de las circunstancias -me refiero puntualmente a Derrida (1967), Deleuze (1967), Foucault (1966) y Althusser (1966), entre otros-.
Sin duda, esta urgencia de Lacan por poner en juego el concepto de plusvalía se presenta en el Seminario La Lógica del fantasma, un poco “atolondrada”, con entredichos a medias, confusos y encriptados. Así, en la clase del 12 de abril de 1967, impreso en tan sólo dos páginas, Lacan habla del acto sexual, de Marx, de la prohibición del incesto, de las “estructuras elementales de parentesco”, de intercambio de bienes y de las mujeres como “objeto de goce”. Concluye: “el problema es del orden del valor”, volviéndose necesario que “el capitalismo sea revelado” para observar su particularidad: equiparar el “valor de uso” (ligado a la necesidad) con el “valor de cambio” (ligado al mercado) -ambos conceptos marxistas, el último traducido aquí por Lacan bajo la idea de “valor de goce”-. De esta manera, la mujer cobrará para Lacan valor de objeto de goce durante el acto sexual (Lacan, 1966-1967, 174-176).
En este sentido, recientemente la socióloga feminista Silvia Federici (2015) nos ha aportado nuevas pistas. Hay un pequeño detalle que Marx omitió, pero que tanto Lévi-Strauss como Lacan tuvieron en consideración: las mujeres son siempre consideradas en toda cultura un objeto, “un bien (escaso)” a ser intercambiado entre hombres (Lévi-Strauss, 1949), “bien” de alto valor económico, no sólo por su capacidad reproductiva, sino por su capacidad de trabajo y su saber sobre el cuerpo.
“La lectora que se sienta horrorizada al ver que las mujeres son tratadas como mercancía sometida a las transacciones controladas de grupos de hombres, puede consolarse fácilmente con la seguridad de que las reglas de juego no cambiarían, si consideramos grupos de mujeres que intercambian hombres”, nos consuela Lévi-Strauss en el 56’.
Una historia lógica
Cuando Lacan en el Seminario 14 nos sugiere leer a Marx, principalmente, nos propone retornar a los “Manuscritos filosóficos”. Es decir, un retorno a un joven Marx de 26 años, más cercano a la poesía y a Hegel que a la praxis política -y esto tampoco hay que olvidarlo, más bien hay que poderlo distinguir (Althusser, 1966)-.
En esos Manuscritos (1844), de muy ágil lectura, Marx desarrolla la base conceptual de El Capital: “propiedad privada”, “trabajo asalariado”, “enajenación”, etc.; sin olvidar que lo que da origen al capitalismo es la “acumulación originaria” producto por un lado, de la separación del productor y de los medios de producción; a lo que se suma, el crecimiento del comercio y de la piratería proveniente de la explotación de las colonias -ideas que serán desarrolladas junto con los conceptos de “valor de uso” y “valor de cambio” en El Capital (Marx,1867)-.
Tal como nos sugiere hacer Lacan, en el Seminario 24 con el inconsciente, es decir, eliminar su gramática pero conservar su lógica, analicemos entonces el pasaje del modo de producción feudal al modo de producción capitalista en términos “lógicos”. Entre la Baja Edad Media y el Renacimiento, de la mano de la expansión del comercio -no siempre muy legal- nace la burguesía. La particularidad que tiene esta nueva clase es que “no produce nada” y vive a costa de “lo producido por otro”. Esta idea resuena sin dudas con una de las definiciones de jouissance que Lacan da cuenta al comienzo del Seminario 20 cuando habla de “usufructo” (Lacan, 1972-1973, 11), es decir, sacar provecho de un bien que posee sin producir. Estas gramáticas económicas no son para nada menores si prestamos justa atención a la estructura lógica y a los alcances clínicos que estas ideas tienen en relación al “plus de goce” (sobre todo para el campo de las neurosis y de las perversiones, pues las psicosis poseen otra relación con la plusvalía).
Volvamos entonces a la lógica histórica de la burguesía para entender mejor su modo de funcionamiento en términos lógicos. El problema que encuentra esta nueva clase social es que, si bien posee riquezas, no cuenta con el poder político (hasta el momento ligado a la figura del Rey y del Papa). El conflicto no es con la estructura de poder, sino el principio trascendental que legitima ese poder: Dios. La burguesía invierte entonces el capital acumulado en un nuevo territorio, “La Ciencia”, erigiendo así un principio trascendental nuevo y más poderoso, que reemplaza al Dios de la monarquía católica, por la Ciencia como verdad objetiva. De esta manera se entiende más profundamente los alcances de los dichos de Lacan cuando afirma en La ciencia y la Verdad: “el sujeto sobre el que operamos en psicoanálisis no puede ser sino el sujeto de la ciencia” (Lacan 1966, 816); moderna, claro está, que al decir de Nietzsche no es más que otra figura reactiva y triste del “nihilismo europeo” que caracteriza al pensamiento moral de Occidente (Nietzsche, 1901).
De lo que se trata en la clínica, entonces, es de pensar el efecto del pasaje del Discurso Amo al Capitalista en relación a la particularidades sintomáticas que presentan las neurosis por ser fruto de la lógica del Capital; relación que Lacan ya señalara en el Seminario RSI, cuando afirma que el primero en leer el síntoma fue Marx, al enlazar el capitalismo a la noción de tiempo feudal, lo cual, dice Lacan, permite pensar la estructura particular de los síntomas de la neurosis obsesiva y de la histeria.
Momento de Concluir…
Hace no mucho encontré un pasaje en la obra de Lacan donde hace referencia a la filosofía de una manera que me pareció novedosa y esperanzada: primero porque ubica a Freud como un poeta y segundo, porque él se ubica como filósofo:
¿Por qué es que un llamado Freud logró con su poesía –suya quiero decir– instaurar un arte analítico? Es lo que permanece absolutamente dudoso. ¿Por qué es que uno se acuerda de algunos hombres que triunfaron? Eso no quiere decir que lo que ellos lograron sea válido. Lo que hago allí, como lo observa alguien con buen sentido que es Althusser, es filosofía. Pero la filosofía es todo lo que sabemos hacer. Mis nudos borromeanos, es filosofía también. Es filosofía que he manejado como he podido siguiendo la corriente, si puedo decir, la corriente que resulta de la filosofía de Freud.
El hecho de haber enunciado la palabra inconsciente no es nada más que la poesía con la cual se hace la historia. Pero la historia, como lo digo algunas veces, la historia (histoire) es la histeria (hysterie).
Y concluye:
Marx era igualmente un poeta, un poeta que tiene la ventaja de haber logrado hacer un movimiento político. Por otra parte si califica a su materialismo de histórico, eso no carece ciertamente de intención. El materialismo histórico es lo que se encarna en la historia. (Lacan, 1977-1978, 19)
¿En la histeria? “Cuerpo, superficie de inscripción de los sucesos (mientras el lenguaje los marca y las ideas los disuelve)”, “Cuerpo impregnado de historia, historia como destructora del cuerpo” (Foucault, 1992).
Sin dudas, tenemos que estar atentos a no pensar al psicoanálisis tan alejado de la filosofía, como de cualquier otro campo, pues corre el riesgo de volverse un nuevo principio trascendental, eso que Lacan llamó “religioso” –eterno, inmóvil– pretendidamente esterilizado de otros discursos, borrado de todo contexto del pensar desde donde ha surgido, empobreciendo su abordaje por perderse a nuestro oído la función de su voz dentro de una composición polifónica mucho más amplia y compleja.
Si la filosofía, tal como la piensan Deleuze y Guattari (1991), no es más que el arte de inventar conceptos, y estos conceptos no son sin la firma de quien los crea: Lacan sin dudas fue un gran filósofo y el objeto a, su más singular invento.
Referencias
Althussser, L. (1966). Pour Marx. Paris: Maspero.
Derrida, J. (1967). “La estructura, el signo y el juego en el discurso de la ciencias humanas”. En La escritura y la diferencia. Madrid: Editora Nacional.
Deleuze, G. y Guattari, F. 2001). ¿Qué es la Filosofía?. Barcelona: Anagrama. Barcelona.
Deleuze, G. (2002). « A quoi reconnait-on le structuralisme? » en L´ile déserte et autres textes. Paris: Editions de Minuit.
Federici, S. (2015). Calibán y la bruja, mujeres cuerpo y acumulación originaria. Buenos Aires: Tinta Limón.
Foucault, M. (2002). Las palabras y las cosas. Buenos Aires: Siglo XXI. Argentina.
Foucault, M. (1980). "El poder, los valores morales y el intelectual". Entrevista realizada por Michael Bess a Foucault en Berkeley, octubre, inédito. Recuperado el 30/05/2017 en http://anarquiacoronada.blogspot.com.ar/2016/10/entrevista-michel-foucault-el-poder-los.html
Foucault, M. (1992). Microfísica del poder. Madrid: De la Piqueta.
Guattari, F. (1973). “Para acabar con la masacre del cuerpo”. Texto publicado originalmente de manera anónima en la revista francesa Recherches, n° 12. Recuperado el 28/05/2017 de https://periodicoelamanecer.wordpress.com/2015/02/11/para-acabar-con-la-masacre-del-cuerpo-felix-guattari/
Lacan, J. (1985). “La ciencia y la verdad” en Escritos 2. Buenos Aires: Siglo XXI. Texto original publicado en 1966.
Lacan, J. (1966-1967). Seminario 14, La lógica del fantasma. Versión íntegra. Inédito.
Lacan, J. (2015). Seminario 20, Aun. Buenos Aires: Paidós.
Lacan, J. (1974-1975). Seminario 22, RSI. Versión crítica. Inédito.
Lacan, J. (2013). Seminario 24, El fracaso del Un-desliz es el amor. Buenos Aires, Argentina: Ortega y Ortiz.
Lacan, J. (1977-1978). Seminario 25, Momento de Concluir. Desgrabación directa no revisada por el autor. Traducción del francés: Pablo Kania. Inédito.
Lévi-Strauss, C., (1981). Las Estructuras elementales de parentesco. Madrid: Paidós.
Lévi-Strauss, C. (1995). “La familia” en Lévi-Strauss, C., Spiro, M y Gough, K, Polémica sobre el origen y la universalidad de la familia. Barcelona: Anagrama.
Marx, M. (1987). El capital. Tomo 1. Buenos Aires: Cartago.
Marx, M. (1993). Manuscritos: economía y filosofía. Barcelona: Altaya. Barcelona.
Nietzsche, F. (2001). La voluntad de poder. Madrid: Edaf. Madrid.